Niños en estado de abandono

LOCALES
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Vecina de los chicos

Una preocupada vecina se valió de las redes sociales para expresar su preocupación por la suerte de 6 niños quienes quedaron en total desamparo luego su padre fuera procesado y encarcelado por el maltrato de uno de los menores que ahora tiene unos 12 años de edad hace un poco mas de un año.

Como se recordarán éste episodio aconteció en el barrio San Blás de J. E. Estigarríbia en fecha 24 de enero de 2018. Por ese motivo el padre fue detenido y remitido a la cárcel de Cnel. Oviedo en donde permanecería encarcelado a la fecha.

Los niños viven en un estado de desamparo ya que el padre, quien aún sigue en la cárcel , no puede brindarle atención alguna y la madre los para formar otra pareja al decir de la valiente y preocupada vecina.

Recurrimos a través de este medio a solicitar la ayuda de autoridades y personas solidarias a los efectos de acercarles contención a estos niños que necesitan de forma urgente.

El domicilio de los mismos se encuentra en el barrio San Blas cerca de Ko e Rory a una cuadra y media de Panadería Junior.

Sugerimos la observación bajo responsabilidad del lector.

Las contradicciones de la Ley

Una serie de leyes y tratados protegen los derechos humanos y esencialmente los derechos del niño. Sin embargo el caso de estos chicos es la mas palpable demostración de que los intereses superiores del niño es apenas una expresión de la hermenéutica jurídica, sin posibilidad de una aplicación práctica.

El padre en la cárcel donde supuestamente deberá pagar su culpa ante la sociedad y reformarse como persona, lejos se encuentra de la posibilidad de expiar su culpa con acciones que tal vez con otros mecanismos, sean estos de una libertad condicional con asistencia puntual y regular por parte de funcionarios del estado, hubiera podido evitar la ruptura familiar, que con la acción de la mujer, que decide formar otra pareja, se materializa definitivamente.

Es necesario que las acciones de represión de la ley sea llevada adelante pero así también el Estado pudo haber actuado, muy anticipadamente en el caso, habiendo posibilitando a que el hoy convicto acceda a niveles de educación de mejor calidad, que le permita escoger otras alternativas de «correción» de la conducta de su prole.

A esta altura nadie puede negar que la violencia familiar tiene un gran responsable que es la ausencia de una eficiente preparación educacional del ciudadano que los predispone a:

  • Menores niveles de tolerancia en las discusiones intrafamiliares.
  • La opción por los castigos corporales como métodos de control de conductas o comportamientos.
  • La facilidad de la adopción del alcoholismo como formas de escapes momentáneos a problemas acuciantes, que a su vez producen nuevos actos violentos y así infinitamente.

Ante este hecho concreto, es acertado mandarle al padre a la cárcel o pasar por alto su acto de violencia?. Muy difícil la respuesta, pero los intereses superiores de estos niños reclaman una urgente.