De las manos una vez mas de Carlos Jara Saguier a sus 73 años demostró a propios y extraños la vigencia de un ex sub campeon olimpico del 2004 que lamentablemente nunca ha sido bien ponderado por los popes del futbol en el Paraguay.
Este titulo es una afirmacion de que una persona con experiencia inspirando respeto y no pasible de perjudiciales sugerencias, observadora y convenciada de que el futbol se gana poniendo a los mejores sin mirar a los recomendantes.
Pero por que ocurre esto?, vamos a saber El silencia y hasta la casi omision de la caracterizacion del tecnico es la muestra de que siempre supieron de la calidad de persona y profesional de don Carlos pero los intereses de mover los hilos para la marioneta siempre fueron mas poderosos que las mismas plausibles conquistas futbolisticas del Paraguay.
Un nuevo título a los 73 años: reivindicación de un histórico olvidado
El reciente título obtenido por la selección Sub-23 de Paraguay bajo la dirección técnica de Carlos Jara Saguier, a sus 73 años, no solo representa un logro deportivo significativo, sino que también se convierte en una reivindicación de la vigencia y la capacidad de un entrenador histórico que, lamentablemente, nunca ha recibido el reconocimiento que merece por parte de las autoridades del fútbol paraguayo.
Un subcampeón olímpico ninguneado:
Jara Saguier, artífice de la memorable medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, ha sido víctima de una constante postergación por parte de los «popes del fútbol» en Paraguay. Su experiencia, su capacidad de inspirar respeto, su férrea convicción en la meritocracia y su astucia táctica no han sido suficientes para abrirle las puertas de la selección absoluta de forma permanente.
Un técnico íntegro y observador:
A diferencia de otros entrenadores, Jara Saguier no se deja llevar por recomendaciones o intereses externos. Su enfoque se basa en la observación y análisis meticuloso del rendimiento de los jugadores, seleccionando siempre a los mejores sin importar nombres o apellidos. Esta integridad y apego a la meritocracia lo convierten en una figura incómoda para quienes pretenden manejar los hilos del fútbol paraguayo a su antojo.
Un silencio elocuente:
El silencio y la falta de reconocimiento hacia la figura de Jara Saguier por parte de la dirigencia futbolística es elocuente. Son conscientes de su calidad como persona y profesional, pero sus intereses particulares y la búsqueda de réditos personales siempre han pesado más que el bienestar del fútbol paraguayo.
Un título que invita a la reflexión:
El nuevo título obtenido por Jara Saguier con la selección Sub-23 es un llamado de atención a la dirigencia del fútbol paraguayo. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de valorar la experiencia, la capacidad y la integridad por encima de los intereses mezquinos. Es hora de que Carlos Jara Saguier ocupe el lugar que le corresponde en la historia del fútbol paraguayo, no solo como un subcampeón olímpico, sino como un entrenador íntegro y visionario que ha dejado una huella imborrable en el desarrollo del fútbol nacional.
Más allá del fútbol:
La figura de Carlos Jara Saguier trasciende lo meramente deportivo. Se convierte en un símbolo de la lucha contra la corrupción y el nepotismo que imperan en el fútbol paraguayo. Su ejemplo nos invita a reflexionar sobre la importancia de la meritocracia, la transparencia y la ética en todos los ámbitos de la vida.
Un futuro esperanzador:
El éxito de Jara Saguier con la selección Sub-23 abre las puertas a un futuro esperanzador para el fútbol paraguayo. Es una demostración de que el talento y la capacidad no tienen edad, y que con la dirección adecuada, el país puede volver a cosechar éxitos en el ámbito internacional.
Un legado invaluable:
Carlos Jara Saguier ha dejado un legado invaluable para las futuras generaciones de futbolistas y entrenadores paraguayos. Su pasión por el fútbol, su entrega y su compromiso son un ejemplo a seguir. Es hora de que el pueblo paraguayo reconozca su valía y le otorgue el lugar que se merece en la historia del deporte nacional.
El nuevo título de Carlos Jara Saguier no solo es un logro deportivo, sino también una reivindicación personal y un llamado a la reflexión para la dirigencia del fútbol paraguayo. Es hora de que se valore la experiencia, la capacidad y la integridad por encima de los intereses particulares. La figura de Jara Saguier es un símbolo de esperanza para un futuro más transparente y ético en el fútbol del país.